600 mil dosis de vacunas rusas para Cuba

13 April 2020

A Cuba se han enviado 600 mil dosis de vacunas antigripales para la inmunización anual de la población, conjuntamente producidas por el Instituto ruso-nicaragüense MECHNIKOV (Nicaragua). Además, en el marco de la colaboración conjunta Rusia-Cuba, se entregaron ocho mil dosis de Interferón Alfa 2b cubano a Nicaragua, donde el producto ayudará a contrarrestar la propagación de la COVID-19. Considerando la difícil situación internacional, el simple hecho de que se realice esta entrega es un logro importante para La Habana y Managua.

La entrega se realizó con la colaboración del Instituto MECHNIKOV, que es una empresa conjunta rusa-nicaragüense para la fabricación de productos inmunobiológicos, en particular, vacunas antigripales. «En respuesta a la solicitud de nuestros colegas cubanos, organizamos la logística de entrega de nuestra vacuna antigripal a Cuba, equivalente a 600 mil dosis, para que el mismo avión pudiera entregar en Managua el interferón requerido por los nicaragüenses», explicó Stanislav Uiba, Director General del Instituto MECHNIKOV. Anteriormente, Roberto López, presidente del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) expresó que «Nicaragua podrá producir el medicamento cubano Interferón Alfa 2b en su propia planta de fabricación de vacunas». Se trata de la transferencia de tecnología a Managua para la producción del interferón cubano, que también fue confirmada por Stanislav Uiba.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, https://who.sprinklr.com/), hasta el 13 de abril se habían notificado solo 7 casos de la nueva infección de la COVID-19 en Nicaragua. Los especialistas lugareños atribuyen esta baja incidencia de la enfermedad en el país, entre otras cosas, al efecto indirecto de la vacunación anual contra la gripe, que se realiza en Nicaragua con la vacuna rusa desde hace cuatro años consecutivos. Tal y como han afirmado los expertos en repetidas ocasiones, las vacunas antigripales no tienen ninguna actividad específica contra el coronavirus, pero los efectos no específicos permiten considerar las vacunas antigripales como una herramienta para controlar el coronavirus. El contagio con la gripe puede aumentar el riesgo de una infección viral secundaria por SARS-CoV-2 y la consiguiente evolución grave de la COVID-19 (hospitalización, cuidados intensivos).